Durante el curso escolar 2021-2022 he tenido la oportunidad de participar como colaboradora en la escuela pública Murumendi (Beasain, Gipuzkoa) para cocrear junto al alumnado un mural que reivindica los derechos de las niñas y los niños.
Alrededor de 100 alumnas y alumnos del 3º ciclo de primaria han protagonizado un proceso sumamente enriquecedor, uniendo conocimiento, experimentación y cooperación.
Este proyecto se ha desarrollado gracias a Arteria, una iniciativa para crear lazos entre las personas creadoras, las entidades públicas y la ciudadanía de Goierri.

La importancia de conocer nuestros derechos para garantizarlos
La Convención sobre los Derechos de la Infancia es un tratado internacional de las Naciones Unidas, aprobado en 1989. Este documento recoge a lo largo de 54 artículos los derechos de las niñas y los niños para su pleno desarrollo físico, mental y social, y subraya que requieren de protección especial.
Para garantizar el cumplimiento de estos derechos, el paso imprescindible es conocerlos, entenderlos e integrarlos. Porque… ¿cómo podemos reivindicarlos si no sabemos que se están vulnerando?
Por ello, antes de empezar el proceso creativo, el alumnado realizó un estudio sobre el tema y extrajo los 10 principios básicos sobre los derechos de la infancia:
- Derecho a la igualdad, con independencia de su sexo, etnia, religión o nacionalidad.
- Derecho a una protección especial para que los niños y niñas crezcan de forma física, mental y social sana y libre.
- Derecho a un nombre y una nacionalidad.
- Derecho a una adecuada alimentación, vivienda y atención sanitaria.
- Derecho a la educación y atención especial de las personas con diversidad funcional o mental.
- El derecho a ser querido y comprendido por la familia y la sociedad.
- Derecho a una educación gratuita. El derecho a divertirse y jugar.
- Derecho a ser los primeros en recibir atención y ayuda en situaciones de riesgo.
- Derecho a no ser abandonado y explotado en el trabajo.
- Derecho de participación.
Proceso creativo participativo
Para dar comienzo al proceso creativo, escuchamos testimonios de niños y niñas de diferentes lugares del mundo, observamos y debatimos sobre obras de artistas locales relacionadas con los derechos humanos, dimos visibilidad a colectivos vulnerables, compartimos vivencias y experiencias propias y cercanas dando voz a cada participante…
De esta forma, el alumnado reflexionó sobre qué derechos se cumplen con todas las garantías y cuáles no, tanto a nivel mundial como en nuestro entorno.

Avanzamos dando espacio a cada niño y niña para proponer ideas sobre cómo garantizar sus derechos y empezaron a dibujar los primeros bocetos para la creación del mural. Al mismo tiempo, experimentaron con diferentes colores, materiales y formatos para detectar las sensaciones que evocan y escoger los más adecuados para expresar sus ideas.


Tras cuatro semanas de trabajo individual y grupal, realizamos una síntesis y llegamos a una propuesta unificada.
Así llegó el mágico momento de salir a la calle y coger las brochas. El alumnado realizó un trabajo excelente, con ilusión, mimo y precisión.


Además tuvimos la ayuda de madres, padres y profesorado de la escuela, los cuales se implicaron para dar el último toque.


El resultado: El Árbol de los Derechos
Este mural reivindicativo de los derechos de la infancia está situado en el muro exterior de la Escuela Pública Murumendi, mirando hacia la calle. Tiene una longitud de 40 metros, una altura máxima de unos 4 metros en el centro y un metro en los laterales.

Recoge una síntesis de las ideas e imágenes propuestas por el alumnado, a través de un concepto: cada persona tenemos el deber de cuidar y regar el Árbol de los Derechos para que florezca. Hemos querido apelar a la responsabilidad personal y colectiva al tiempo que representar la cooperación y la inclusión.
La imagen se complementa con un verso que reflexiona sobre los derechos de los niños y niñas, que el alumnado creó con la ayuda de la bertsolari Alaia Martin.



Transformar una pared tosca en un mural lleno de color, vida y expresión ha hecho que recorrer la calle Mariarats sea una experiencia totalmente diferente.
Vecinas y vecinos del entorno se han acercado para contemplar el proceso y el resultado, y agradecernos el cambio. Las miradas curiosas, las sonrisas cómplices y las felicitaciones del vecindario ha sido valor añadido para el proyecto.

Vivencias del alumnado:
Al finalizar el curso escolar, realizamos la presentación del mural y el alumnado compartió sus vivencias y aprendizajes:
- Goretti: Me he sentido bien haciendo el mural, me ha alegrado mucho. He aprendido mucho sobre los derechos de los niños y niñas y además hemos trabajado en equipo.
- Bianca: La experiencia ha sido muy bonita. Al principio tuvimos que identificar nuestros sentimientos con los colores y para terminar, pintamos parte del mural con el color que quisimos.
- Alaine: Al principio no sabía qué tenía que hacer ni cómo, pero Aizpea me ayudó y luego me vino la inspiración.
- Xoel: Trabajamos la imaginación, trabajamos en equipo y nos ayudó a descubrir cosas nuevas. A veces no nos damos cuenta de las cosas que hacemos y hemos aprendido que todos somos iguales.
- Nagore: Lo pasé muy bien. Aizpea ha tenido mucha paciencia con todos, explicaba muy bien y además siempre nos animaba.
- Noa: Ha sido una experiencia muy bonita trabajar y pensar juntos. Hizo mucho calor, pero aun así fue divertido.
- Ionatan: Aizpea siempre nos decía “Lo estáis haciendo muy bien, seguid así” “Está quedando genial”. Ha sido divertido, me gustaría repetirlo.
- Jannat: Ha sido algo nuevo para nosotros, hemos hecho un mural muy bonito, con colores vivos y ha sido creativo. Estamos muy satisfechos con lo que hemos hecho.


Mil gracias al alumnado y a toda la comunidad de la escuela Murumendi, que se ha implicado y volcado en este proyecto.
Prensa:
Si quieres conocer más sobre el proyecto, puedes leer este post del Ayuntamiento de Beasain (en euskera) o el artículo del periódico Goierriko Hitza (en euskera).