Hace poco me invitaron a participar en el programa Amarauna de Radio Euskadi para hablar sobre mi experiencia trabajando desde un pequeño pueblo rural.
Hoy se ha emitido la entrevista en directo, dirigida por Gorka Otaegi, Arantxa Arza e Irati Azkue Leunda.
A continuación te dejo un resumen de las preguntas que me han planteado.

Irati Azkue Leunda: Buenos días, Aizpea. ¿Qué tal?
Aizpea Lasa Muxika: Buenos días, sí. Muy bien.
Itsaso, el pueblo desde el que trabajas, tiene alrededor de 160 habitantes. Un pueblo con mucha fuerza que siempre ha manifestado su carácter. Y te dedicas al diseño gráfico sostenible. Lo que haces, cómo lo haces y desde donde lo haces es una forma de entender el mundo y la vida. ¿Cómo ha sido el camino para llegar hasta ahí?
En realidad, desde niña crecí rodeada de naturaleza, de huerta ecológica y de una comunidad comprometida con el cuidado de nuestro entorno, patrimonio y cultura, lo que hizo que me interesara por trabajar el diseño gráfico desde un punto de vista más responsable.
En 2015, cuando terminé los estudios, empecé a mirar las agencias de diseño con el objetivo de unirme a alguno de sus equipos. Pero enseguida me di cuenta de que ese no era mi sitio. Porque la mayoría trabajaba con grandes marcas que no se corresponden con mis valores, y no quería seguir fortaleciendo esas empresas a través de mi trabajo.
Además, con la crisis ambiental y social que vivimos hoy en día, creo que es imprescindible trabajar el diseño desde criterios de sostenibilidad y en aquel momento no había muchas agencias que trabajaran desde esta perspectiva.
Ante este contexto, creé mi estudio de diseño con el objetivo de apoyar negocios, proyectos e iniciativas que trabajen por un futuro más inclusivo, justo y verde.
Al mismo tiempo, decidí volver a Itsaso (Gipuzkoa) y ubicar mi estudio aquí, en mi pueblo natal, lo que me ha abierto vías de colaboración con otros negocios del entorno.
Para mí es fundamental unir los procesos locales tradicionales con los más innovadores para conseguir diseños ligados al entorno que generen un impacto positivo.
Así que has sentido la necesidad de volver a las raíces. Los que vivís en Itsaso estáis acostumbrados a trabajar en «auzolan». ¿Es habitual que los habitantes de un pequeño pueblo trabajen en cooperación de forma voluntaria?
Ayer mismo tuvimos el auzolan de otoño. Hacemos dos al año, en primavera y en otoño. Fuimos 36 vecinos y vecinas y fue hermoso.
Yo diría que es algo que hay que trabajar, porque hoy en día es voluntario participar en estos trabajos comunitarios, a diferencia de cómo era en su día.
Por lo tanto, yo creo que hay que experimentar el desarrollo y la contribución emocional que nos aporta la solidaridad y el trabajo cooperativo y sentir que esas vivencias son positivas para una misma y para la comunidad.
¿No crees que este voluntariado está en crisis? ¿No es cada vez más difícil que se sume gente al trabajo vecinal? Sobre todo jóvenes, con poco hábito de trabajo comunitario… ¿qué has visto en Itsaso?
Lo que yo he visto en nuestro pueblo es que vienen las familias enteras, todas las generaciones hemos arrimado el hombro, desde pequeñas.
Ayer por ejemplo, los y las jóvenes estuvimos pintando las paredes de lo que será el Gazteleku renovado. Se pueden hacer tantas cosas en auzolan… tener en cuenta los intereses de unos y otros y mantener así la motivación puede ser una de las claves.
Además, me parece muy importante trabajar la perspectiva comunitaria y creo que los pueblos pequeños ofrecen esta posibilidad.
Los pueblos pequeños, a menudo, se sitúan en zonas rurales. ¿Existe la posibilidad de acceder a empleos distintos al sector primario o al sector servicios/hostelería? O dicho de otra manera, ¿cómo se puede hacer atractivo económicamente a un pequeño pueblo?
Sin duda, hay un amplio abanico de posibilidades. Hoy en día se pueden crear contextos muy propicios incluso en pequeños pueblos rurales para desarrollar diferentes profesiones, sobre todo si están bien equipados tecnológicamente.
Nosotros hemos puesto en marcha hace un año un espacio de coworking en el ático del Ayuntamiento del Itsaso.
La idea de crear un espacio de trabajo compartido surgió de una consulta a la ciudadanía. Algunos vecinos trabajaban desde casa y sentían la necesidad de un espacio diferenciado.
Hoy en día en el coworking trabajamos una arquitecta, una traductora, un ingeniero y yo misma.
Además de nuestro espacio de trabajo, tenemos en común un espacio para presentaciones o reuniones con nuestros clientes, entre otros.
Así, además de habitarlo nosotros, atraemos a personas que no sabían dónde estaba Itsaso. Y descubren un lugar maravilloso que no esperaban.
A menudo hay prejuicios negativos en torno a los pueblos pequeños… pero sin duda tienen un gran potencial.
Sois jóvenes y emprendedores, cada uno en su ámbito. ¿Cómo os veis trabajando y viviendo en un futuro? ¿Percibís las condiciones para un proyecto de vida completo?
Claro que sí. Resumiendo lo que he comentado anteriormente, el trabajo responsable, la gestión participativa y transparente, el cuidado del ambiente vecinal… son los valores sobre los que creo que se basa el bienestar para un futuro sostenible a todos los niveles y para todas las personas.
Gracias por la invitación
Ha sido un placer compartir mi experiencia sobre trabajar desde un pequeño pueblo rural en Radio Euskadi. Gracias por proponerme esta entrevista en el programa Amarauna.
Si quieres escuchar el programa completo, puedes hacerlo aquí (en euskera).